- La raíz del cabello fabrica cada vez un tallo más fino y al final es tan fino que se convierte en vello y va desapareciendo.
- La alopecia no cicatricial puede ser reversible con terapias que estimulan el folículo.
- Las terapias también son altamente recomendadas a personas que están por realizarse implantes capilares
Para algunas personas puede ser angustiante ver cómo se les cae el cabello, sin embargo, se estima que todos los días perdemos entre 50 y 100 cabellos, lo cual es absolutamente normal.
«Es algo fisiológico, en el cuero cabelludo tenemos cabellos en distintas fases: unos están creciendo, otros están estabilizados y otros se tienen que caer, no hay de qué preocuparse» comenta Leyre Aguado, dermatóloga de la Clínica de la Universidad de Navarra.
Existen varios factores que pueden afectar el crecimiento del cabello, sin embargo, el profesor Ramón Grimalt, profesor titular de dermatología de la Universidad Internacional de Cataluña tiene un método infalible para determinar cuándo se vuelve preocupante la caída del cabello: «Lo que tiene que preocuparnos realmente es nuestra fotografía y no nuestro cepillo» Refiere el especialista.
Comparar una foto del año pasado con una actual es un buen método para detectar si hay áreas «más claras» en la cabeza ¿Ves menos cabellos? Esa es la señal. Para el especialista, el signo de alarma no debe ser el número de cabellos que se caen, sino notar que la densidad de ellos en el cuero cabelludo ha disminuido y poder observar zonas más claras en la cabeza.
Aunque parezca imposible de creer, Grimalt explica que, a las personas que se han quedado calvas no se les ha caído el cabello: «Su raíz enferma deja de trabajar y provoca una situación que los médicos llamamos la miniaturización, es decir, la raíz fabrica cada vez un tallo más fino y al final es tan fino que se convierte en vello y va desapareciendo. Las enfermedades que provocan calvicie, en la mayor parte de los casos, no van asociadas a un aumento de la renovación de cabello porque precisamente la raíz está enferma, y al enfermarse la raíz, la persona no desprende cabello porque no le sale».
Existen varios factores que explican que se nos caiga el cabello, como el proceso de envejecimiento, la genética, la pérdida y el aumento de peso constantes o los desbalances hormonales.
En muchos casos se puede tratar de una situación transitoria, sin embargo, también existe una posibilidad latente de tener un tipo de alopecia; una de las más comunes es la no cicatricial, cuyo pronóstico resulta más favorable que la cicatricial, en ella el folículo piloso no se destruye por completo, sino que se conserva su existencia y es capaz de recuperarse mediante el estímulo.
En las alopecias no cicatriciales el folículo presenta una patología, pero sigue con vida, a excepción de los casos en los que la alopecia se prolonga durante periodos muy largos. Generalmente, pueden mejorar o curarse por medio de terapias.
Actualmente existen terapias de restauración capilar con células madre y agentes activos que potencializan y regulan el ciclo natural del cabello, gracias a estos factores de crecimiento presentes en la terapia se estimula la formación de colágeno, elastina y ácido hialurónico, y se aumenta la vascularización a nivel del folículo piloso.
Esta terapia es recomendada a personas con alopecia no cicatricial debido a la existencia del folículo que aún puede generar cabello e incluso, a personas que están por realizarse implantes capilares ya que preparan las zonas receptoras para que los implantes tengan mejor adaptación y fijación una vez trasplantados. Está comprobado que esta terapia aumenta la supervivencia de los injertos capilares, además, la terapia estimula la regeneración y vascularización de las zonas donde se obtuvo el cabello a trasplantar mejorando su apariencia después del procedimiento.
Estas son las diversas clasificaciones de alopecias:
- Androgénica: También conocida como calvicie común. Afecta a un gran porcentaje de hombres y es menos frecuente en mujeres. La caída del cabello está influida por las hormonas que ocasionan la aparición de los caracteres secundarios masculinos.
- Traumática: Está provocada por cualquier elemento que pueda ocasionar lesiones en el cuero cabelludo, como secadores de pelo, ligas, peines metálicos. Recibe el nombre de alopecia por tracción cuando está originada por diferentes tensiones producidas por el peinado.
- Areata: Sus síntomas son claros, pues siempre se manifiesta mediante parches redondos totalmente despoblados de cabello. Se produce al entrar un porcentaje alto de cabello en la fase telogénica.
- Efluvio telógeno o difusa: Es una respuesta frente a ciertas situaciones de estrés.
- Por síndromes hereditarios: Encontramos este tipo de alopecia en enfermedades como la atriquia congénita, en el síndrome de Menkes o en el síndrome tricorrinofalángico.
- Por enfermedades sistémicas: Está asociada a enfermedades endocrinas, infecciosas, déficits nutricionales.
- Por ingestión de drogas o fármacos: Algunas sustancias ingeridas en grandes dosis pueden producir alopecia. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la vitamina A, los anticoagulantes, el mercurio, el ácido bórico, los betabloqueantes
Comúnmente las alopecias no cicatriciales se dividen en cuatro grandes grupos: Androgénica, Difusa, Traumática y Areata. Por lo que si usted padece alguna de ellas, no hay de que preocuparse, posiblemente pueda recuperar su cabello con una terapia de células madre.